MUSICA CLASICA
beneficios, tanto físicos como psicológicos.
https://www.youtube.com/watch?v=ncSvO22_g8E&list=RDncSvO22_g8E&start_radio=1
Elizabeth Pardi/Aleteia para ella |
Dic 25, 2016
Incluso
para quien es fan del country o del rock, la música clásica puede reducir el
estrés y potenciar la creatividad.
Nunca
se me había ocurrido evaluar el tipo de música que escucho hasta que mi madre
me envió un interesante artículo hace varios meses. En él se detallaban los efectos que tienen los
diferentes tipos de música sobre los diseños que forma el agua congelada.
La música clásica generaba una formación de cristales de agua soberbios parecidos
a los copos de nieve. La música rock, por el contrario, causaba que el agua se
congelara en patrones desiguales y agrietados.
Si
este era el efecto de la música sobre el agua, supuse que merecía la pena
averiguar qué tipo de efecto podría tener la música clásica en mí. Después de todo, muchas de las canciones
modernas y pegadizas que escucho no incluyen letras precisamente bonitas. Lo
que sí sabía es que gran parte de los mejores compositores clásicos atribuían
el origen de sus obras maestras a su adoración a Dios. Johann Sebastian
Bach dijo una vez: “El propósito y final último de toda música no
debería ser ningún otro más que la gloria de Dios y la revitalización del
alma”.
Me
sorprendió descubrir que la música clásica ofrece a los que la escuchan una buena
lista de beneficios, tanto físicos como psicológicos.
Veamos
a continuación cómo los logra.
1.
Estimula la capacidad
cerebral y la creatividad
Craig
Ballantyne, editor del sitio web de superación personal Early to Rise, explica el “efecto Mozart” como
el resultado mental de escuchar música clásica, en especial las obras de
Mozart. “En una investigación controlada de la Universidad de California, los
estudiantes que escucharon 10 minutos de Mozart antes de hacer un examen tenían
mejores notas que los estudiantes que no lo hacían”, explica Ballantyne.
También hacía referencia a un estudio de la Universidad de Washington en el que
se aseguraba que los revisores de textos que escuchaban clásica mientras
revisaban se percataban de un 21% más de errores.
La
escritora Cinda Yager elogia los efectos psicológicos que
la música clásica causó en ella. “Animada por la música, mi imaginación se
volvía más juguetona. Sonaba en las escenas sobre las que trabajaba en la
novela, presentaba soluciones para los problemas que surgían, me daba ideas
para reforzar los personajes, me sugería revisiones necesarias que antes no
percibía. Fue algo increíble”.
2.
Mejora la apreciación
de la música
Hace
poco me encontré con un antiguo profesor mío y surgió el tema de los géneros
musicales. Me sorprendió saber que él prefería la música clásica por encima de
cualquier otro tipo. “Antes la odiaba”, admitió. “Un año, en Cuaresma, decidí
dejar de escuchar todo lo que no fuera música clásica. Para cuando llegó
la Pascua, ya no quería escuchar ninguna otra cosa”. Cuando le pregunté por
qué, me explicó que los otros tipos de música ahora le sonaban como un ruido
molesto. “No hay profundidad en las melodías de la música moderna”, me contó.
“Cuando escuchas música clásica, te pierdes dentro de ella”.
En
mi caso, aunque llevo escuchando música clásica de forma bastante consistente
durante unas semanas, todavía disfruto de las canciones rock, pop
y country que siempre me han atraído. Sin embargo, creo que a
mi profesor no le falta razón. Las obras instrumentales de la música clásica no
tienen comparación con ningún otro género en su capacidad para conmover a una
persona. Albert Einstein llegó a comentar
con mucho acierto que la música de Mozart era “tan pura que
parecía haber existido en el universo desde siempre, esperando a ser
descubierta por su dueño”.
Por
Azovtsev Maksym
3.
Tiene propiedades
curativas
Si
el sonido de la música clásica genera la
formación en el agua de elegantes cristales de hielo, es inevitable
plantearse lo que puede hacer por nuestros cuerpos, compuestos en un 70% de
agua. El director del estudio, el doctor Masaru Emoto “considera la energía
como vibraciones que atraviesan la materia”. Estas vibraciones incluyen las
ondas sonoras de la música, que pueden afectarnos de variadas maneras. El
doctor Emoto se refiere a las vibraciones como hado.
Ofrece
varios ejemplos sobre piezas clásicas concretas y sus efectos curativos,
empezando por Die Moldau, de Bedrich Smetana. De forma evidente,
el hado de esta obra activa los tejidos linfáticos corporales.
De manera similar, el Danubio azul de Johann Strauss II puede
revitalizar el sistema nervioso central, según los descubrimientos del doctor
Emoto.
Sanneberg - Shutterstock
4.
Actúa como reductor
del estrés
El
sitio web de salud mental PsychCentral informa de que la
música clásica “puede tener un efecto beneficioso en nuestras funciones
fisiológicas, reduce el pulso y el ritmo cardiaco, reduce la presión sanguínea
y disminuye los niveles de hormonas del estrés”.
Una
de las cosas de las que me percaté cuando empecé a poner música clásica en el
coche con mi hija de un año es que lloraba menos y parloteaba más. Como la
mayoría de bebés de su edad, prefiere moverse con libertad y normalmente no le
gusta estar confinada en el asiento del coche. Antes, cuando ponía cualquier
tipo de música que sonara en la radio o incluso canciones infantiles, se ponía
revoltosa con los trayectos más cortos, lo cual repercutía en más estrés para
mí como conductora. Aunque no sea necesariamente la solución perfecta, he
notado sin duda que está más relajada cuando suenan canciones clásicas.
Shutterstock
5.
Ayuda a expresar las
emociones
La
Universidad Metodista del Sur, en Texas, llevó a cabo un estudio en el que se
pedía a 85 individuos que reflexionaran en voz alta sobre la experiencia vital
más significativa que hubieran tenido. Los participantes en cuya entrevista se
reprodujo música clásica de fondo resultaron ser más expresivos y detallados en
su expresión. Esto es debido a que la música clásica es un “excitante cognitivo
y, por ello, también emocional”, concluye el estudio.
¿Tienes
problemas a la hora de articular tus sentimientos? Prueba a escuchar algo de
Mozart o Beethoven para ver si te ayuda a expresar lo que tienes en tu
interior.
Es
una lástima que la popularidad de la música clásica haya decaído tan
drásticamente con el paso de los siglos. El gusto de la sociedad en cuestiones
musicales es siempre cambiante, en especial cuando los avances tecnológicos van
dejando obsoleto el virtuosismo instrumental.
Sin
embargo, siguen existiendo pocas cosas tan preciosas como escuchar una pieza de
música clásica sonando con esos instrumentos atemporales que resuenan en lo más
íntimo de nuestro ser.
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